jueves, 31 de mayo de 2012
Rostro
Cuerpo reflejado en un charco sucio
qué nombre va a tener si es muerto
perro liciado
sin piernas para correrse la cola
se hunde en el agua podrida
le recuerda a casa.
Rostro plano en la punta de su cuerpo
se mira sin brillo
grita brutas perras
a otros rostros florecidos
no son como el de él
rostro planicie
rostro que nadie conoce
rostro de si mismo
rostro epitafio frío
rostro sin rostro que mirar.
Le gusta escupir en la calle
saliva en el camino de otro
desgracia de otro
asco anónimo de otro
repulsión así que sale de sus labios
pedazos de él que dan asco
pero nadie conoce la boca que escupe
Le gusta dar asco al rechazado rostro
Le gusta la mugre y la sangre
Le gusta ser un cáncer instalado
escoria que no existe
porque nadie ve
Le gusta obligar a ver
A él nomás le gusta ser un rostro que se evita
lunes, 28 de mayo de 2012
Hundidos
Cuerpos opacos en la sombra
pétalos ceniza
suelo escondido,
sábana penumbra pendiendo sobre la cabecera
humo ingrato del cigarrillo
rostro tuyo
contorno de la boca desdibujada
susurros
aliento
temblor
Dedos acariciando el hueco entre mi pecho
que busca fundirse
abrir la jaula
tus melodías suaves
un hechizo
ojos negros
ojos brujos
muda sonrisa
La soledad sobre tus hombros
valle abierto
tajos en el cuero
(los hilos de las heridas)
Hundidos aquí
en nuestro sino
la muerte de las rocas
la evanescencia
llegamos al perfume y volvemos a caer.
Mañana es sol
pero no quiero luz
no quiero quebrarme sin tus manos
seamos mil noches
lunas danzando en el reflejo.
domingo, 13 de mayo de 2012
...
El blanco es negro - Facundo Vernä Elorza
Y qué de nuestro reverso
de las manos desdichadas
Y qué del cansancio flores muertas
oscuridad hundida en el rostro
miradas puñales
labios mudos.
Y qué de los huesos enterrados
cuerpo que vive solo
de las grietas en la piel
sonrisas pútridas compañeras
La suciedad
mancha de tinta sangre
consumiendo.
Y qué de mi reflejo
Y qué del tuyo
Y qué de todo lo que dice estar presente
Y qué de las sombras...
Y qué.
viernes, 11 de mayo de 2012
domingo, 6 de mayo de 2012
Un hombre más
La cama estaba fría (como
de costumbre) y la habitación demasiado oscura como para contemplar sus ojos
abiertos y el insomnio que le hacía presión sobre la frente, causándole un
dolor tan insoportable que había aprendido a vivir con él.
Estaba ahogado por el sino del medio amanecer, en el que la luna
no tiene una imagen definida y las estrellas se funden con el cielo que muta
mientras las bocas duermen para que no
se sepa el secreto.
Se sentía un autómata, sin otra preocupación más que respirar para
poder cumplir procesos que lo condenaban
a ser corpóreo, como el acto impuro de comer y hasta el de defecar. Él era un
vómito, el ser de otro ser totalmente imperceptible entre las miles de cabezas
en la ciudad, pero totalmente real para su propia dimensión (tan palpable y a
la vista).
Odiaba a su insomnio, lo odiaba con cada fibra amarga y maldita de
su cuerpo, porque lo obligaba a ver su propia miseria y realidad, en la que no podía ser humo suave o
la música del mar. No. Nunca. Sería otro hombre caído que nace, que llora y que
vive de otro, que va a lastimar y será lastimado… otro hombre que sangra por
las heridas del tiempo, otro hombre que vive partido.
viernes, 4 de mayo de 2012
-
No voy a atribuirte
la luz de un ocaso,
es demasiado cruel
nombrarte contorno de todas mis almas
color sobre la grava
nunca.
Es la sombra
se mece en tu cuerpo,
penumbra
lo que me ata a tus manos
astilladas por nadar entre flores
más felices.
Es porque estás tan muerto como yo
sangrando
agravado en tus miserias
las más ocultas que
al mirarnos
las hacemos de los dos
como un rito
justo en ternura
tan profunda que no se ve
que conocemos
que la lloramos en una luna
sin derramar
ni una lágrima.
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