jueves, 27 de diciembre de 2012
Micropoema III
Y qué de esta sangre
de esta vida
del choque de mis venas
de mi piel erizada
si no hay una muerte
besando a mi sombra
miércoles, 26 de diciembre de 2012
jueves, 20 de diciembre de 2012
.
Mis finales se acercan
como un zumbido
la tragedia nace
de la mano de un loco
atormentado por el dolor
las premoniciones se ocultan
tras los rostros de los niños
la muerte
tiene piernas de mujer
como un zumbido
la tragedia nace
de la mano de un loco
atormentado por el dolor
las premoniciones se ocultan
tras los rostros de los niños
la muerte
tiene piernas de mujer
*
No reconozco mi boca
de otras bocas atrapadas
tras las rejas
de la noche
sobre la inmovilidad de
mis labios
se encuentran zurcidas
las piedades
evitando que
borre mi voz
sigo escuchando
el aleteo
de una vida
atravesada en medio de mi muerte
de otras bocas atrapadas
tras las rejas
de la noche
sobre la inmovilidad de
mis labios
se encuentran zurcidas
las piedades
evitando que
borre mi voz
sigo escuchando
el aleteo
de una vida
atravesada en medio de mi muerte
martes, 18 de diciembre de 2012
*
Puedo oler la lluvia
antes de que caiga
la puerta de mi soledad
sigue abierta
y mis labios
aun sellados
Nos han enseñado a hablar
pero no
a hacer silencio
a ser silencio
Hasta volvernos locos
Con frecuencia nos enamoramos de la muerte
de la improbabilidad
de la falla
de la distancia
de lo que hace daño
de lo que nos da vértigo
del fuego
del filo.
Así
una y otra vez
hasta
volvernos locos
sábado, 8 de diciembre de 2012
Al parpadear
Vigilo desde la habitación
los muros se esconden dentro mío
qué cenizo es todo
en los rincones
cuando nacen mis demonios
y la muerte me toma de las manos
la hoja en blanco
las palabras que no me escuchan
no me recuerdan
pues soy invisible
ya sin voz
ni siquiera un eco
al parpadear
Otro viaje
El colectivo desvencijado y odioso, los codos clavados en mi espalda, la mirada helada que cruzo con un desconocido, las mujeres ancianas evitando caer, ojala no me golpeen la cara, instinto de alejar la mano al tocar piel ajena. Quiero bajarme y veo el asiento contiguo a la puerta, el polvo que lo recubre, tan fino y eterno… lo único que quería hacer era sacar mi encendedor y quemarlo, la gente que sube y que baja… las piernas malvadas, los pies torpes y los rostros que seguramente no volveré a ver.
Pequeñas tragedias
Aquella amabilidad del fuego
al quemar
casi sin querer
las yemas de los dedos
ese mundo
del dolor untuoso
cuando un mosquito
aguijonea mi piel
removiendo los poros con agujas
tan finas
dulces
que mi vida
se reduce a sentir
apasiblemente
el placer
de las pequeñas tragedias
domingo, 2 de diciembre de 2012
Roja
Vida roja
deslizándose
como una persona
que recuerda mi silueta
aquella sensación
de encotrarse sobre el filo
Mis venas están hinchadas
y la sangre que he perdido
luego de las heridas
no ha vuelto a ellas
El corazón sigue bombeando
imperceptible
lo que aun
queda
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