viernes, 21 de febrero de 2014

Cementerio de Recoleta








El sol invernal me acerca a la piedra, siento que podría quedarme quieta una infinidad y convertirme en mármol pardo, en el recuerdo de un cuerpo surcado de pliegues y venas , es un clavel asustado por el paso del tiempo y los visitantes nocturnos y acuosos. Algún día rezaré una plegaria al agua, para que nos bese a todos.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Serie Animales : Conejo

No sabemos si podemos
confiar
en la nieve que recorre
su cuerpo

No sabemos si la ancianidad
le ha ganado
                         o
si es misterioso
y joven

Él corre
Él huye
Él nos abandona
en el abismo

no sé si la realidad existe
si soy un feto
si soy una niña
si estoy hecha huesos

después de todo
quizás sea un sueño blanco
entre amapolas de té



jueves, 30 de enero de 2014

Serie Animales

Es la primera vez que viene a mi la idea de hacer una serie de poemas. Estos vendrían a ser una colección de animales, un bestiario de criaturas de cuentos que suelen vivir en el mundo real como seres humanos. Muchas de las imágenes que interpreto tienen reminiscencias de las escenas y tomas creadas por el cineasta Wes Anderson, definitivamente uno de mis favoritos. Espero que les guste, quizás haga fotografías de estos poemas; el primero se titula Zorro y es el que va a continuación.

Agilidad parda

las garras no destruyen más
que las dudas o
acertijos

en el cráneo,
una aguja atravesada
a punto de drogarme

no logro comprender
la bondad

sé cómo violar aquello
que no debe 
existir
sé cómo entonar un gemido
que asuste a la noche
y aun así
nadie conoce mi verdadero
rostro
nadie ha visto mis formas

me escondo

no estoy nunca

soy dios

no tengo nombre

jueves, 23 de enero de 2014

La mujer

La mujer corre
en medio de la avenida principal

nadie parece verla
está desnuda
se funde con el cielo
y la hierba nevada

la lluvia parece lastimarla
grita sobre el rostro
de quien pasa a su lado
nadie la mira
nadie quiere mirarla
nadie quiere hacerse responsable
de lo que eso significa

La mujer se tropieza
cayendo sobre el agua
no hay manos extendidas
no hay abrigos

sigue
allí
el horror silencioso
de no existir