En la pausa de
la noche
puedo oler los perfumes
del día consumido
entre palabras
y siluetas oscuras de cuerpos amados
Toco las paredes blancas
de esta casa ajena
los colores se perdieron
en un sueño
los ojos jóvenes
que contemplan el tiempo
también se han desvanecido
aunque mis uñas sean
azules
y mis ojos amarillos
la soledad nos abarca
entre negra y gris
mi cuerpo ha comenzado a desintegrarse
como un cigarro hermoso
ahora soy ceniza
pisada por la bota fría
de la oscuridad
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