jueves, 28 de noviembre de 2013

Jacarandá

Una casa destruida
donde los niños
miran por la ventana

sus rostros posados en
el vidrio
ansiando al padre
pero
sólo logran ver la hierba
mojada
sus pies cubiertos de
polvo
el tiempo que pasa
las hojas del jacarandá
nadando en la suciedad
de la calle
siendo golpeadas
por las botas
quitándole importancia
al mayor gesto de belleza
y soledad
que alguna vez sus ojos
verían.

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