En esta prisa
en este sueño
llueven flores con rostros de mujer
las manos son pájaros negros
livianos
que aparecen tras mis pupilas
cuando miro mi reflejo en bocas lucero
hundidas en capullos cenizos.
No hay ausencia
y entre pieles erizadas nace el silencio
En esta lila
en la espuma suave
poseo noches infinitas,
alas más náufragas que el filo del viento
lo escucho todo aunque
los murmullos quieran morir
En este fin
en esta sangre
mi cuerpo sigue dormido.
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